martes, 4 de noviembre de 2008

Justicia, culpabilidad y sanción en El Proceso de Franz Kafka.

La justicia, es en El Proceso de Kafka, una justicia muy superior a la terrenal. Se podría deducir que es una justicia divina o tal vez avernal, pero ésas son sólo suposiciones. El caso es que esta justicia de la cual nos habla el narrador checo es una justicia que no conoce de fronteras. La misma está aplicada a todo cuanto existe. Es una justicia ciega, pero también a veces consubstancialmente 'injusta', ya que con la prolongación del proceso en lugar de desembocar en una palmaria expiación lo único que se obtiene es la agonía espiritual del sujeto, y una apertura peligrosa hacia las dehesas de la anomia. En la atmósfera kafkiana los jueces son entes desconocidos, sólo perceptibles a través del rigor de la norma jurídica. Además, sus decicisiones o fallos son inobjetables, teniendo como marco jurídico una extraña e informe pirámide legal.Ahora bien, el personaje K..., en un primer momento no se siente culpable de nada, puesto que en su correcto proceder por los empedrados caminos de la vida nunca obró mal, muy por el contrario, su personalidad siempre fue la de un ser humano intachable, riguroso en su trabajo y muy solidario en su esfera social. Ni siquiera sus lúbricos arranques con la Srita. Bürstner y Elsa podrían mellar la honra de un personaje tan entero y virtuoso, un ser humano por demás perfectible. Sin embargo, con el devenir del tiempo, ante la presión incesante del aparato jurídico del establishment imperante, K... va interiorizando su inclusión al rol de agente procesal con culpa. De esta forma asume su culpabilidad como un proceso de cooptación de los discursos legales impositivos y perdurables en el tiempo.Finalmente, la sanción la expiden obviamente esos supuestos hombres cancerberos y ejecutores del derecho, aquellos de los cuales nada se sabe. Tan igual como la 'jaula de hierro' de Max Weber, en donde nada se sabe acerca de las leyes que rigen nuestro sistema, tan sólo que imponen duras sanciones al no alineamiento o transgresión de sus designios.