viernes, 25 de junio de 2010

Porqué el autoritarismo no debe volver a gobernar el Perú.

Lima-Perú. adelantecronopio@hotmail.com http://cronopiocortazar.blogspot.com Facilis descensus averni, (La bajada del infierno es muy fácil). Estas palabras de Virgilio podrían ser una oscura alegoría de la peligrosa correlación de fuerzas que acecha nuevamente los cimientos de la democracia en los prolegómenos de un escenario electoral peruano. El latino parafraseo no es gratuito. Las recientes encuestas revelan el crecimiento de la opción autoritaria y corrupta del poder. Para explicar este fenómeno es menester recurrir, no sólo al lenguaje de lo político, sino compulsar también los aperos metodológicos de diferentes disciplinas científicos sociales. Por ello, en la dinámica de las estructuras sociales se observa un recrudecimiento de los conflictos, lo mismo que una sensación de inseguridad que involucra no sólo el desborde del crimen, sino también el descenso de la calidad de vida como correlato de la crisis económica. Ahora, tomando como eje de análisis las palabras de Julio Cotler vertidas en un programa de televisión podemos colegir a bocajarro que se halla en marcha una extraña alianza entre sectores de la derecha más conservadora y las huestes del autoritarismo de viejo cuño. Desde la perspectiva del sociólogo del IEP toda esta tramoya en torno a la marcha de un grupo insignificante de proterroristas en los claustros de la Decana de América no es sino una cortina de humo del establishment regente con miras de escamotear problemas mucho más urgentes como las protestas en el sur del país, la cuestión energética en relación al gas, las denuncias por corrupción en el caso business track, y ahora último, no nos olvidemos de la solapada, pero lenta subida de la gasolina y el descontrol en las azucareras del norte por la falta de autoridad. Empero, este escenario que podría ser una suerte de huida hacia adelante del actual gobierno es tan sólo el comienzo de un evidente aquelarre político con el objetivo de preparar el terreno para la candidatura del fujimontesinismo, la cual asoma en lontananza, desde las profundidades del averno. Hay que insistir que la herramienta más eficaz para combatir el terrorismo y el autoritarismo lo constituye el Derecho. El combate contra sendero y contra toda forma de terrorismo sólo es posible a través de una abierta defensa del Estado de derecho. Nada fuera de la ley, y todo dentro del marco del derecho. Es cierto que la democracia no es boba y no debe serlo, pero tampoco puede ser una democracia criminal ni mucho menos violadora de derechos humanos. La historia nos ha dado una lección, las sociedades libres se desarrollan no sólo en base a constructos discursivos jurídico-políticos, sino también mediante la voluntad y la acción ciudadana en pro de la concreción de valores con un alto sentido de lo humano. Con las herramientas que nos otorga la ley podremos frenar los arrebatos del terrorismo, lo mismo que el frenesí por el poder de alguno que otro dictadorsuelo.