martes, 3 de agosto de 2010

Arrestos segregacionistas en tiempos de crisis neoliberal.

Lima-Perú. adelantecronopio@hotmail.com http://cronopiocortazar.blogspot.com Más de dos centurias nos separan de aquel histórico Congreso en Filadelfia donde se consagró la independencia norteamericana. Recuerdo una frase de Benjamín Franklin respecto del nacimiento de una nueva nación circunscrita a los rigores de una Constitución abierta al progreso: Where liberty dwells, there is my country, Donde mora la libertad allí está la patria. Los cimientos de la democracia tienen como correlato un soporte jurídico basado en la primacía de la constitucionalidad de las leyes. En mérito a ello, creo que la actual normativa en materia migratoria no responde a principios con basamentos constitucionales, sino más bien reproduce un estado de paroxismo en el espacio político de los grupos de poder. Ahora, esta cacería de brujas por parte del Estado de Arizona en contra de los indocumentados evidencia una creciente radicalización de un programa racista desde los sectores más conservadores del establishment. Esta paranoia decimonónica tuvo en Samuel Huntington a uno de sus principales incendiarios. En un artículo de ciencia política (The mexican challenge, En: Foreign Policy, march/april, 2004) llegó a sentenciar acerca de la necesidad de parar a como dé lugar el atrevimiento de los latinos indocumentados. El temor del desaparecido profesor de Harvard no fue otro que el inminente mestizaje de Norteamérica. La identidad histórica no es un mamotreto inamovible, es más bien una síntesis sistémica sujeta a profundos cambios. Por ello, creo que el punto de quiebre de esta etapa histórica la constituye no sólo el accionar político y social, sino también la dinámica cultural y la incidencia económica de los migrantes. Los arrestos segregacionistas siempre surgen en tiempos de crisis económicas. Recordemos sino los fascismos de la posguerra en Europa. En suma, la normativa migratoria de Arizona es en lo ideológico la consolidación de la ultraderecha en tiempos de crisis financiera; la cual por cierto fue provocada por los banqueros y especuladores WASP. En lo político evidencia una total actitud blandengue por parte de la administración Obama. Es el momento de sacar las castañas del fuego. Hace falta una legislación federal en materia de migración que tenga como faro la Constitución. En ningún caso se puede permitir un quiebre de la juridicidad de las leyes. De este modo se pondrá freno a los arrebatos decimonónicos de la derecha conservadora que incluso está pensando en doblegar los cimientos de la Decimocuarta Enmienda, donde expresamente se defiende la categoría de ciudadano de todo ser humano nacido en EEUU. Bajo todo concepto el mestizaje es parte de una dinámica propia de los pueblos en crecimiento y desarrollo por las vías de la democracia, que congrega no sólo consensos, sino también perspectivas diferentes en una misma ruta hacia el progreso social. Pues, es así; donde mora la libertad, allí está la patria. La patria para todos. God Bless undocumented migrants!