miércoles, 22 de diciembre de 2010

Ciencia, análisis fenoménico y juicio de valor.

Lima-Perú. adelantecronopio@hotmail.com http://cronopiocortazar.blogspot.com En la antigua Grecia la filosofía era la madre de todas las ciencias, al punto de incluir en su estructura sistémica los niveles valorativos de la axiología. Ahora, la demarcación de los espacios de acción entre la filosofía y la ciencia ha sido parte de un proceso intenso y generador de profundas revoluciones en los conocimientos, prácticas y paradigmas. Ha significado también la consolidación de todo un conjunto de programas y discursos tendientes a comprender (Verstehen) y explicar (Erklären) la realidad en el marco de un hecho histórico. Por ello, el método científico se aparta de cualquier imbricación a un diseño dogmático, e incluso teológico donde prima el ser esencial de las cosas, y el deber ser como mecanismo de conducta a seguir. La ciencia delimita su esfera de trabajo tomando en cuenta el estudio objetivo de las relaciones entre las cosas en un espacio fenoménico de la realidad. De este modo, la ciencia no puede ni debe responder preguntas que impliquen un juicio de valor respecto de lo fáctico. Verbigracia, no es posible absolver desde la ciencia si es hermosa o no la ciudadela de Machu Picchu; empero, si hay preguntas absueltas respecto de la función de dicha ciudad en el imperio Inca a partir de los estudios ejecutados por la antropología, la arqueología y la historia.

jueves, 18 de noviembre de 2010

El hombre como agente de cambio y transformación de la naturaleza

Lima-Perú. adelantecronopio@hotmail.com http://cronopiocortazar.blogspot.com Qué duda cabe, el ser humano es uno de los agentes más dinámicos, y a la vez el elemento más eversivo de la biosfera. Por ello, desde la irrupción del hombre peruano a través de la historia han ocurrido un sinnúmero de cambios y transformaciones que han respondido no sólo a la concreción de sus necesidades básicas, sino también a las de tipo socio-cultural, con miras de garantizar la supervivencia de la especie. Ahora, los primeros horticultores, y más tarde las comunidades agrícolas modificaron el paisaje peruano para sistematizar sus proyectos de desarrollo. Es el caso de los andenes que en épocas de los incas se constituyeron en la piedra angular de la estructura económica y parte vital de la política alimentaria. Empero, en la actualidad existe más bien un apetito irracional al amparo de un discurso neoliberal que tiene por objetivo esquilmar los recursos naturales a costa de la destrucción no sólo de los ecosistemas del Perú, sino también, ejerciendo una brutal devastación de las comunidades tribales, fauna y flora del medio ambiente global.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Clifford Geertz y el espacio de acción del Anti-Antirrelativismo

Lima-Perú. adelantecronopio@hotmail.com http://cronopiocortazar.blogspot.com El presente informe tiene como derrotero de análisis algunas de las ideas más importantes del antropólogo Clifford Geertz referidas a su particular enfoque respecto del antirrelativismo. En una primera parte el profesor Geertz nos trae a la memoria algunas de las palabras que sirvieron de punto de arranque para un sinnúmero de textos que evidenciaron en su época el surgimiento de un nuevo temor para la civilización occidental. Cuando la intelligentzia se refiere al relativismo cultural como aquel terror inimaginable se asemeja mucho, salvando las distancias claro está, a la vieja tesis del fantasma que recorre Europa de 1848. Ahora, desde un inicio Geertz se desmarca de cualquier afinidad con el relativismo cultural. Desde su perspectiva, la compulsa intelectual que él ejecuta tiene como baremo el esclarecimiento de los conceptos y la delimitación del espacio de acción del relativismo cultural, así como un análisis profundo de los enfebrecidos alegatos del antirrelativismo. Se pone de manifiesto su resuelta convicción de desarrollar una praxis deconstructiva desde la atalaya del anti-antirrelativismo. Esto implica una singular lógica donde la doble negación no evidencia una filiación comprometida con las tesis del relativismo cultural, sino más bien el logro de una posición neutral respecto de los temas materia de discusión. Según Geertz el pensamiento relativista está a tiro de cañón. Siempre hostilizado por la sistematicidad orgánica y funcional del orden establecido. Acaba incluso demonizado y acusado de nihilista. La comunidad científica del statu quo ha desplegado un furibundo ataque contra la simiente antropológica del discurso relativista. ¿Es acaso una nueva cruzada en búsqueda de caballeros templarios que impongan los saberes y símbolos del orden sistémico en nombre de la razón universal?. O es tal vez el éxtasis que produce el saberse parte del establishment intelectual al proferir respecto de los hábitos de las culturas nativas: “¡Qué modo de vivir tan espantoso!”. Reaparece con ello el racismo decimonónico, que fue también programa político de la mayoría de Estados imperiales. En esa dinámica entra a tallar la concepción de la naturaleza humana como elemento eje para demoler las tesis del relativismo cultural. Empero, desde la visión de Geertz este constructo teórico del antirrelativismo es tan sólo una reducción de las principales categorías y espacios de acción, no sólo del hombre sino de la sociedad, al discurso totalizador y absoluto de la razón occidental. Muy por el contrario, desde una inquietud por el provincianismo los relativistas terminan fortaleciendo las diversidades y la heterogeneidad cultural de los pueblos. De este modo, concluye Geertz que para materializar el avance de la ciencia se hace necesario desprenderse de aquellas fórmulas mentales que delinearon parte de la historia, pero que en la actualidad están constituyendo un óbice para una visión diferente y prospectiva de la realidad.

martes, 21 de septiembre de 2010

El legicidio del derecho laboral peruano

Lima-Perú. adelantecronopio@hotmail.com http://cronopiocortazar.blogspot.com Una de las mayores víctimas del neoliberalismo lo constituyó el derecho laboral. Con el objetivo de garantizar un crecimiento constante y rentable de la producción privada, sin que ello evidenciará un sacrifico de sus niveles de ganancia, era necesario barrer toda la legislación laboral que obstaculizaba la concreción de dichos proyectos. Los despidos masivos por ejemplo fueron parte de un programa político en donde los discursos de las transnacionales vinculadas a la ideología del consenso de Washington pretendían arrinconar a las fuerzas vivas del sindicalismo peruano. Este programa de lo político tuvo que utilizar la fuerza de la dictadura para generar los dispositivos legales necesarios en vistas de un cambio generacional donde la precarización de los derechos laborales era cada vez más evidente. En razón de que es menester deconstruir la sistematicidad de la normativa constitucional dada por la dictadura de los noventa, nuestro trabajo de investigación se propone ejecutar un análisis sistémico, jurídico, social y político de los principales artículos de la Constitución vinculados a la esfera económico-social de los trabajadores con miras de imbricar algunas ideas en pro de la consolidación de una conciencia ciudadana más responsable respecto del conocimiento y ejercicio de sus derechos.

martes, 3 de agosto de 2010

Arrestos segregacionistas en tiempos de crisis neoliberal.

Lima-Perú. adelantecronopio@hotmail.com http://cronopiocortazar.blogspot.com Más de dos centurias nos separan de aquel histórico Congreso en Filadelfia donde se consagró la independencia norteamericana. Recuerdo una frase de Benjamín Franklin respecto del nacimiento de una nueva nación circunscrita a los rigores de una Constitución abierta al progreso: Where liberty dwells, there is my country, Donde mora la libertad allí está la patria. Los cimientos de la democracia tienen como correlato un soporte jurídico basado en la primacía de la constitucionalidad de las leyes. En mérito a ello, creo que la actual normativa en materia migratoria no responde a principios con basamentos constitucionales, sino más bien reproduce un estado de paroxismo en el espacio político de los grupos de poder. Ahora, esta cacería de brujas por parte del Estado de Arizona en contra de los indocumentados evidencia una creciente radicalización de un programa racista desde los sectores más conservadores del establishment. Esta paranoia decimonónica tuvo en Samuel Huntington a uno de sus principales incendiarios. En un artículo de ciencia política (The mexican challenge, En: Foreign Policy, march/april, 2004) llegó a sentenciar acerca de la necesidad de parar a como dé lugar el atrevimiento de los latinos indocumentados. El temor del desaparecido profesor de Harvard no fue otro que el inminente mestizaje de Norteamérica. La identidad histórica no es un mamotreto inamovible, es más bien una síntesis sistémica sujeta a profundos cambios. Por ello, creo que el punto de quiebre de esta etapa histórica la constituye no sólo el accionar político y social, sino también la dinámica cultural y la incidencia económica de los migrantes. Los arrestos segregacionistas siempre surgen en tiempos de crisis económicas. Recordemos sino los fascismos de la posguerra en Europa. En suma, la normativa migratoria de Arizona es en lo ideológico la consolidación de la ultraderecha en tiempos de crisis financiera; la cual por cierto fue provocada por los banqueros y especuladores WASP. En lo político evidencia una total actitud blandengue por parte de la administración Obama. Es el momento de sacar las castañas del fuego. Hace falta una legislación federal en materia de migración que tenga como faro la Constitución. En ningún caso se puede permitir un quiebre de la juridicidad de las leyes. De este modo se pondrá freno a los arrebatos decimonónicos de la derecha conservadora que incluso está pensando en doblegar los cimientos de la Decimocuarta Enmienda, donde expresamente se defiende la categoría de ciudadano de todo ser humano nacido en EEUU. Bajo todo concepto el mestizaje es parte de una dinámica propia de los pueblos en crecimiento y desarrollo por las vías de la democracia, que congrega no sólo consensos, sino también perspectivas diferentes en una misma ruta hacia el progreso social. Pues, es así; donde mora la libertad, allí está la patria. La patria para todos. God Bless undocumented migrants!

lunes, 26 de julio de 2010

Resumen acerca de las ideas vertidas por el profesor Sigfredo Chiroque durante su conferencia del 5 de mayo de 2010.

Lima-Perú. adelantecronopio@hotmail.com http://cronopiocortazar.blogspot.com El profesor Sigfredo Chiroque inició su conferencia manifestando con crudeza una verdad monda y lironda, que la crisis de la educación peruana sigue siendo un problema vigente. Desde su perspectiva esta crisis involucra no sólo los factores pedagógicos y metodológicos, sino sobre todo los económicos, sociales y políticos. Así, el autor nos plantea que la educación peruana ha pasado por dos reformas clave en el proceso de su desarrollo histórico. En primer lugar se halla la reforma educativa establecida por el gobierno militar en la década del 70. El régimen castrense trató de ajustar un modelo educativo progresista a la sociedad capitalista, bajo las directrices de un esquema económico promotor de la industria y la producción nacional. En segundo lugar, ya en la década de los 90, encontramos las reformas educativas neoliberales, donde priman los dogmatismos económicos de derecha. Se observa una manifiesta mercantilización del servicio educativo. Esta contraposición de los discursos pedagógicos nos presenta también una oposición respecto de las visiones prospectivas del accionar instructivo de los agentes sociales. Por ello, en el marco del velasquismo nacionalista las personas “se educan para trabajar”. Es decir, que la enseñanza superior es una fase dentro del proceso productivo para viabilizar la facticidad del trabajo. Muy por el contrario, en la actualidad, en la dinámica del neoliberalismo, las personas “se educan para obtener los cartones y reconocimientos” que los hagan empleables con miras de obtener la posibilidad de desempeñarse en un trabajo. De este modo hallamos una distinción ideológica muy nítida entre ambas reformas. En la sistematicidad del gobierno militar el programa político del establishment se encarga de resolver el problema del empleo; mientras que en el modelo neoliberal el individuo genera sus propias oportunidades de trabajo sin el amparo del aparato estatal. El conferencista puso una pica en Flandes al afirmar que los “grandes logros” de los cuales nos hablan los neoliberales son tan sólo espejismos de una realidad envilecida por la crematística. Verbigracia, en el campo educativo la mentada cobertura total no es más que un refrito sin sentido. De otro lado, la calidad total es un buen negocio para impulsar la venta de libros de autoayuda, más que nada. En cuanto a la pertinencia, no resulta siendo tal pues no existe un engranaje entre la educación y la pluriculturalidad de nuestra nación. Y, en lo referente a la equidad las cifras nos muestran aún una férrea presencia de la pobreza, tanto urbana como rural.

viernes, 25 de junio de 2010

Porqué el autoritarismo no debe volver a gobernar el Perú.

Lima-Perú. adelantecronopio@hotmail.com http://cronopiocortazar.blogspot.com Facilis descensus averni, (La bajada del infierno es muy fácil). Estas palabras de Virgilio podrían ser una oscura alegoría de la peligrosa correlación de fuerzas que acecha nuevamente los cimientos de la democracia en los prolegómenos de un escenario electoral peruano. El latino parafraseo no es gratuito. Las recientes encuestas revelan el crecimiento de la opción autoritaria y corrupta del poder. Para explicar este fenómeno es menester recurrir, no sólo al lenguaje de lo político, sino compulsar también los aperos metodológicos de diferentes disciplinas científicos sociales. Por ello, en la dinámica de las estructuras sociales se observa un recrudecimiento de los conflictos, lo mismo que una sensación de inseguridad que involucra no sólo el desborde del crimen, sino también el descenso de la calidad de vida como correlato de la crisis económica. Ahora, tomando como eje de análisis las palabras de Julio Cotler vertidas en un programa de televisión podemos colegir a bocajarro que se halla en marcha una extraña alianza entre sectores de la derecha más conservadora y las huestes del autoritarismo de viejo cuño. Desde la perspectiva del sociólogo del IEP toda esta tramoya en torno a la marcha de un grupo insignificante de proterroristas en los claustros de la Decana de América no es sino una cortina de humo del establishment regente con miras de escamotear problemas mucho más urgentes como las protestas en el sur del país, la cuestión energética en relación al gas, las denuncias por corrupción en el caso business track, y ahora último, no nos olvidemos de la solapada, pero lenta subida de la gasolina y el descontrol en las azucareras del norte por la falta de autoridad. Empero, este escenario que podría ser una suerte de huida hacia adelante del actual gobierno es tan sólo el comienzo de un evidente aquelarre político con el objetivo de preparar el terreno para la candidatura del fujimontesinismo, la cual asoma en lontananza, desde las profundidades del averno. Hay que insistir que la herramienta más eficaz para combatir el terrorismo y el autoritarismo lo constituye el Derecho. El combate contra sendero y contra toda forma de terrorismo sólo es posible a través de una abierta defensa del Estado de derecho. Nada fuera de la ley, y todo dentro del marco del derecho. Es cierto que la democracia no es boba y no debe serlo, pero tampoco puede ser una democracia criminal ni mucho menos violadora de derechos humanos. La historia nos ha dado una lección, las sociedades libres se desarrollan no sólo en base a constructos discursivos jurídico-políticos, sino también mediante la voluntad y la acción ciudadana en pro de la concreción de valores con un alto sentido de lo humano. Con las herramientas que nos otorga la ley podremos frenar los arrebatos del terrorismo, lo mismo que el frenesí por el poder de alguno que otro dictadorsuelo.

miércoles, 5 de mayo de 2010

Análisis de lectura: Historia de la ciencia y la tecnología.

Análisis de lectura: Historia de la ciencia y la tecnología. Introducción a la ciencia, de Julio Sanz Elguera. Lima-Perú. adelantecronopio@hotmail.com http://cronopiocortazar.blogspot.com 1. Resumen: En un inicio el autor nos anuncia que este texto persigue tres objetivos: En primer lugar, exponer conceptos básicos acerca de la ciencia. En segundo lugar, presentar ejemplos actuales e históricos del funcionamiento y aplicación de la ciencia. Y, en tercer lugar, mostrarnos una interpretación materialista realista de la ciencia. El autor asevera que la interpretación escéptica de la ciencia establece que las pruebas empíricas no prueban la verdad de las hipótesis. Esto último tiene su correlato en la existencia de errores. Es decir, las verdades de hoy serán los errores de mañana. Como en el caso de las tesis de Newton que dieron paso a las de Einstein. Así mismo, el autor afirma que la realidad y los hechos no pueden probarse deductivamente, racionalmente. Las verdades de la ciencia han de probarse empíricamente. Ahora bien, en cuanto a las leyes científicas se dice que son proposiciones científicas que describen la realidad. Describen estructuras simples de la misma; las cuales son descripciones provisionales. De otro lado, las hipótesis probadas empíricamente, mediante observaciones, son las leyes científicas. Éstas consolidan una teoría científica verdadera, de no ser así esta última será sólo hipotética. Finalmente, la verdad de las leyes científicas no es verdad absoluta, ni tampoco verdad lógica. Puede ser una verdad relativa, pero despojada de que ésta cambiará “necesariamente” en el futuro. Lo correcto es que la verdad relativa puede cambiar en el futuro. 2. Ideas positivas. -La base del conocimiento científico se halla en las leyes científicas. -La realidad fenoménica es la fuente gnoseológica de la praxis científica. -El saber científico está en continuo cambio y transformación. -Las verdades de la ciencia han de ser probadas a través del método experimental. -Las leyes científicas interpretan las estructuras ontológicas de la realidad a través de proposiciones científicas verdaderas. -La verdad de las leyes científicas está sujeta a los cambios y transformaciones de los paradigmas científicos. 3. Ideas sujetas a crítica. -La ciencia y sus principales conceptos se han expuesto desde el punto de vista de las ciencias naturales en el presente texto. 4. Alternativas. -Las leyes científicas describen y explican la realidad fenoménica en un espacio y tiempo determinado del desarrollo histórico de la humanidad. -Las leyes científicas no son sólo el agregado de hipótesis verdaderas como expresión de la praxis empírica, sino también la comprensión de los hechos a partir de la interpretación tanto de los actos, como de las construcciones sociales. -Los constructos científicos son dinámicos en el tiempo, ya que se hallan sujetos a los conflictos cognitivos entre los diferentes paradigmas que interpretan la realidad fáctica. -La comunidad científica aporta las leyes científicas necesarias para decodificar las relaciones internas y la funcionalidad sistémica de la realidad fenoménica; lo cual repercute en el desarrollo de la técnica y la tecnología.

miércoles, 28 de abril de 2010

Acerca del análisis científico-sistémico de lo político.

Lima-Perú. adelantecronopio@hotmail.com http://cronopiocortazar.blogspot.com No debe ponerse en duda, al realizar el análisis de los hechos históricos, la compulsa de lo político y la dinámica de los factores económicos-sociales que repercuten en la sistematicidad de las instituciones y en el accionar de las agencias. En la teoría política se maneja el concepto de la realpolitik como una muestra del peso específico de lo político en las relaciones internacionales entre los diferentes Estados. Es así que en la década de los 80, en Latinoamérica, se transitaba de los Estados dictatoriales hacia los nuevos Estados democráticos. En el sentir de Samuel Huntington se avecinaba una suerte de tercera ola democrática. El fracaso militar tras la guerra de las Malvinas fue el detonante para una serie de movilizaciones populares que motivaron la salida del establishment castrense. Todo ello con la venia de EEUU. Que no se diga entonces que EEUU estuvo en contra de esta guerra pues eso evidenciaría una total y absoluta ignorancia del tema. Como sabemos, EEUU se ajusta a los humores y vaivenes de los tiempos. Fue clave tumbarse a Allende y a Estelita en su momento, así como también fue cardinal apoyar a Inglaterra con miras de consolidar un viejo y curtido bloque de derecha. De manera que nada es casual. Como dijo Einstein Dios no juega a los dados, y en política mucho menos. Todo giro en el establishment norteamericano responde a intereses específicos ajustados a un espacio-tiempo determinado. Por si existe alguna duda no se olviden los que coronaron a Obama con el premio Nobel que los bombardeos sobre Afganistán y la mano blanda sobre el programa voraz de asentamientos judíos en el territorio palestino, continúan.

jueves, 11 de marzo de 2010

Ubi sunt: La derecha que si debate.

Una derecha sin ideas se acerca nuevamente a la toma del poder. Las causas de este escenario, donde el pragmatismo de viejo cuño se posiciona nos obligan a realizar un ejercicio deconstructivo de la dinámica ideológica de las agencias y su grado de influencia en las estructuras. Atrás quedaron las tesis del ILD respecto de la capitalización de los pobres a través de la formalización patrimonial. En los ochenta, con la llegada de Paul Samuelson y Milton Friedman se lograron posicionar los discursos económicos de un liberalismo renovado que devino en un punto de inflexión necesario para dinamizar los focos de debate. De la mano de Hernando de Soto había nacido, como se dijo por entonces, una derecha inteligente. Empero, luego fue todo kaput. Las recetas ortodoxas asfixiaron las ideas y reificaron el sentir de lo político. Todas las transgresiones ideológicas eran tipificadas de paleolíticas en una esfera global de liquidación del colectivo. En la actualidad, es en Alemania donde realmente se evidencia un debate mayor. Así, Axel Honneth a la cabeza de la Escuela de Frankfurt centra su análisis en la consolidación del reconocimiento como categoría eminentemente moral cuyo despliegue compromete no sólo las esferas de la autorrealización de los colectivos, sino también la responsabilidad de los Estados en el ejercicio del poder. Esta matriz doctrinal nos recuerda los aportes de John Rawls y Ronald Dworkin, quienes ya trabajaron el tema de la justicia y la igualdad de consideración como eje de cambio para viabilizar una redistribución más justa. En el esquema discursivo de Honneth lo ético del reconocimiento deviene en redistribución necesaria. Esta tesis ciertamente ha sido contrapuesta por Nancy Fraser al afirmar que en realidad son importantes tanto el reconocimiento como la redistribución desde una perspectiva bidimensional. Empero, si la categoría hegeliana de reconocimiento está adquiriendo el peso específico de los últimos tiempos se debe sobre todo al nuevo curso que ha tomado el debate de las ideas, tanto desde las dehesas de la derecha, como desde los espacios de la izquierda. Así, Richard Rorty y Brian Barry por ejemplo se sitúan en las antípodas al proponer un posicionamiento más profundo y mayor de la redistribución como programa de lo político, más que un reconocimiento de lo cultural que subdivide las estructuras de la sistematicidad del colectivo. En todo caso el debate continúa con intensidad y muestra la altura y el rigor de sus principales cuadros. Incluso si pensamos en la magnificencia mediática de Peter Sloterdijk podríamos decir que sigue siendo, la que observamos columbrar en lontananza, una derecha muy astuta, por lo menos la alemana.

martes, 2 de febrero de 2010

Análisis de la crisis estructural en la Europa del siglo XVII

Lima-Perú. adelantecronopio@hotmail.com http://cronopiocortazar.blogspot.com Una de las etapas clave para comprender el posicionamiento del liberalismo inglés y la explosión revolucionaria de la clase burguesa en Francia es sin duda el contexto de crisis que sacudió Europa durante el siglo XVII. La teoría histórica nos permite entender que las crisis desencadenan todo un conjunto de cambios y transformaciones que movilizan las agencias sociales y remecen las estructuras económicas y los cimientos políticos del establishment. Los procesos acontecidos desde fines del siglo XVI e inicios del siglo XVII no escapan a este razonamiento, más bien lo confirman con rigor. Entre los antecedentes de la crisis podemos mencionar la singular funcionalidad del sistema monetario, donde circulaban a fines del siglo XVI tres tipos de monedas, muy dependientes del avituallamiento de metales preciosos traídos de América. Esta dependencia de los recursos minerales del nuevo mundo evidenció la debilidad del sistema monetario europeo respecto de los vertiginosos cambios en la oferta y demanda del oro y la plata. El monopolio de la acuñación estatal y el manejo de la circulación monetaria requerían de mecanismos sofisticados y rigurosamente elaborados con miras de enfrentar cualquier peligro que colocara a tiro de piedra la economía del sistema. Otro elemento a tomar en cuenta como un antecedente de la crisis fue el decrecimiento de la población. A diferencia de fines del siglo XVI donde se observa un crecimiento y una estabilización de los indicadores demográficos, a inicios y mediados del siglo XVII se evidencia la caída del número de habitantes como resultado del recrudecimiento de los enfrentamientos bélicos, la hambruna y las epidemias. Las guerras eran una necesidad para la consolidación de los estados y para el robustecimiento de las clases dominantes. Esto es lo que el sociólogo alemán Robert Michels denominó la ley de hierro de la oligarquía, la imperiosa urgencia de ganar posiciones económicas y políticas en vías de perennizar el apparatchik, a partir del accionar de la guerra. Ahora, en el enfoque marxista hay guerras justas e injustas. Demás está decir que en los procesos acaecidos durante el siglo XVII la totalidad de las guerras fueron desencadenadas por las viejas casas monárquicas. La masa campesina fue víctima directa de los arrebatos belicistas de la clase nobiliaria. La crisis agrícola y las confiscaciones, así como las destrucciones de los campos originaron una brutal hambruna. A esto se sumaron los recurrentes ataques de enfermedades y epidemias que diezmaron a una población carente de recursos suficientes para enfrentarlas, lo mismo que la ausencia de conocimientos en el campo de la ciencia médica capaces de diseñar remedios y vacunas efectivas. Entonces, qué duda cabe, uno de los mayores problemas que tuvo que enfrentar la Europa del siglo XVII fue la crisis agraria. Como en tiempos del colapso del siglo XIV el campo fue el centro neurálgico de la dinámica de un proceso en espiral, recurrente y crítico de larga duración. Esto tiene su correlato en la denominada pequeña edad del hielo que sacude por entonces la vieja civilización europea. Con la disminución de la producción agrícola las masas campesinas desatan protestas y movilizaciones en pro de su bienestar. El encarecimiento de los productos agrícolas es muy notorio en las ciudades lo que genera desmanes en la población citadina. Empero, la crisis del campo fue superada con éxito por los ingleses y holandeses. A pesar del combate que les dio Tomás Moro en su libro Utopía a los ‘ogros’ de la nobleza que extendían a mansalva la ganadería en perjuicio de las ingentes masas de labriegos y campesinos quitándoles su fuente de trabajo; el estado inglés planificó sus estrategias para enfrentar la crisis agrícola, exento de una heterodoxia propia de su tiempo, a partir del mejoramiento y rotación de las tierras, así mismo desarrolló su potencial ganadero. Un ejemplo similar lo hallamos en el caso holandés a través de una suerte de roturación novedosa denominada pólder. La mención tanto de Inglaterra como de Holanda nos lleva a la concreción de una aseveración por demás evidente, de que en cada proceso de crisis habrá sectores que colapsarán, pero también existirán estructuras económicas y políticas que se adaptarán y lograrán sobrevivir. Durante la crisis del siglo XVII la peor parte la lleva no sólo la monarquía española, sino la población de modestas condiciones que habita en sus predios. El politólogo italiano Vilfredo Pareto afirmó que en política sólo había lugar para zorros y leones. Pues en el siglo XVII, en la gran maquinaria política de la metrópoli española sólo había acémilas. Los sucesores en el trono tras la muerte de Felipe II fueron un mejunje de incuria e ineficiencia absoluta. Por ello, una de las causas de este fenómeno de crisis estructural también se debe a la inoperancia de la clase dominante en España que no supo administrar eficazmente sus colonias, lo cual permitió a su vez el incremento desmedido de la pesada deuda pública. Los excesivos gastos del estado monárquico no sólo garantizaron la pervivencia de una burocracia adicta y el avituallamiento de un ejército permanente, sino también el fortalecimiento de las redes funcionales de la corrupción tanto en metrópoli como en las colonias. En esta dinámica los desbarajustes producidos en el erario obligaron a echar mano de la masa tributaria. El incremento de los impuestos generó un efecto búmeran para el aparato estatal pues hasta cierto punto galvanizaron las arcas públicas, pero los conflictos sociales siguieron una espiral de violencia sin retorno hasta la concreción de una malquerida independencia. El escenario internacional se presenta no sólo como una guerra por la consolidación territorial, sino también como un combate directo a nivel comercial entre los jóvenes estados y monarquías europeas. Así, en el siglo XVII se produce una depresión comercial que tendrá como causa principal la confluencia de dos procesos negativos para la economía europea. En primer lugar, la caída de la producción de plata de las minas de América y en segundo lugar el exceso de stocks en el mercado del oriente. Con ello, dos de las rutas comerciales más importantes para Europa entraron en un proceso de franca crisis. Empero, al alimón de estos eventos tanto el establishment inglés como el holandés estructuraron un paquete de medidas eficaces que les permitió vadear la crisis y consolidar sus respectivas economías. Es así como el proceso inflacionario del siglo XVII sólo perjudicará a las economías más vulnerables, entre ellas tanto la de la monarquía española, como la de los estados italianos. El sociólogo alemán Niklas Luhmann para darle consistencia a la teoría de los sistemas sociales, muy alejada de las tesis de Talcott Parsons y Ralph Dahrendorf, nos propone la categoría de autopoiesis, circunscrita a la creación de elementos propios del sistema que salvaguardan la continuidad y la integridad del mismo a pesar de los estadios de crisis, con lo cual le otorga un grado mayor de funcionalidad a los sistemas aduciendo una dinámica propia de generación y autorregulación. Intertextualizando este criterio podremos decir que las monarquías modernas del siglo XVII, en el contexto de crisis estructural del sistema urgieron de soluciones efectivas con miras de evitar sobre todo un estallido social semejante al de las guerras campesinas de 1525. Es así como a nivel del programa ideológico ocurre un viraje importante al posicionarse las tesis de una mayor presencia del estado en la economía. Los mecanismos proteccionistas permitirán la concreción de una clase dirigente tendiente a generar focos de desarrollo fabril, control monetario, unidad económica del país y orden en las finanzas. Por lo menos la fórmula funcionó en el eje del mar del Norte donde las burguesías de Inglaterra y Holanda fortalecieron un área comercial capaz de desplazar al antiguo eje mercantil situado en el Mediterráneo. Mientras en el campo como en las épocas del colapso de la Roma imperial la aristocracia se lanzará en la búsqueda de tierras con miras de fortalecer su posición social al amparo de una monarquía absolutista ávida de marionetas que actúen como resortes del poder en la dinámica del control social sobre las masas. En suma, los efectos de la crisis del siglo XVII favorecerán el proceso de fortalecimiento del capitalismo, sobre todo en Holanda e Inglaterra, llegando incluso este último a viabilizar una revolución industrial que marcaría la historia del siglo XVIII. Igualmente, a partir de las secuelas de esta crisis se puede explicar la debacle financiera de España quien echará mano del incremento tributario a partir de un programa encabezado por la casa de los Borbón; ello sin dejar de lado el in crescendo de los conflictos sociales en Francia como producto del choque entre los intereses de la burguesía y la nobleza, los cuales desencadenarán los procesos revolucionarios del siglo XVIII.

lunes, 11 de enero de 2010

¿Qué se entiende por moral, y cuál es su aporte en la dinámica del proceso pedagógico?

Lima-Perú. adelantecronopio@hotmail.com http://cronopiocortazar.blogspot.com Delimitar el concepto de moral es un trabajo por demás arduo y complicado. El enfoque para el estudio del mencionado semema podría partir desde una óptica filosófica hasta recalar en las dehesas del análisis científico social, psicológico-pedagógico e incluso jurídico-político. La literatura sobre esta profunda temática nos presenta una amplia gama de perspectivas para entender y comprender el concepto de moral, siempre teniendo como elemento teleológico, en el marco de nuestras disquisiciones pedagógicas, el desarrollo del proceso educativo. Ahora, desde la perspectiva de Xavier Zubiri podemos manifestar que a lo largo de la historia el hombre ha intentado darle respuesta a un sinnúmero de problemas que lo aquejan. Bajo un análisis que nos trae a la memoria las categorías de ‘incitación’ y ‘respuesta’ de Arnold Toynbee, Zubiri nos plantea que en el hombre siempre ha existido una suerte de protomoral, la misma que le ha permitido desarrollarse como ser humano en una constante interrelación con el medio geográfico y social. La realidad circundante estimula al ser humano, y lo obliga a dar respuesta a partir del surgimiento de posibilidades elegibles. El hombre optará siempre por una de ellas bajo una justificación racional. Este proceso electivo genera a su vez un compromiso y una responsabilidad con los efectos que se produzcan a partir de esta dinámica. Se colige que el ser humano tiene que optar entre hacer lo correcto o lo incorrecto, siempre ciñéndose a un juicio racional capaz de sopesar la importancia del contexto social y la especificidad cultural, amén de ir asumiendo como suyos los referentes dignos de respeto social. De aquí podemos desprender el concepto de moral; como apunta Adela Cortina el mismo sería la capacidad para enfrentar la vida en abierta oposición a ‘desmoralización’. La prédica de la doctora Cortina nos trae a la memoria los postulados vitalistas de Henry Bergson. Para Adela Cortina es importante que una sociedad se muestre con ‘altura moral’, es decir, que sus niveles de autoreflexión y de diálogo intersubjetivo sean altos. Verbi gracia de ello sería la sociedad norteamericana, donde hasta la actualidad coexisten, políticamente hablando, ideas conservadoras y progresistas en un tejido social muy diverso. Para John Rawls es esa coexistencia pacífica y democrática la que permite sustentar no sólo el apparatchik político de la nación, sino sobre todo su pervivencia en el futuro. Entonces, la moral se halla en nosotros. Los seres humanos somos los únicos con la capacidad para discernir entre hacer algo porque creemos que es bueno y no hacer otra cosa a la que juzgamos de mala o sujeta a desprecio y descalificación de la sociedad. Ahora, en este conjunto de ideas el autoconocimiento es la piedra de toque para comprender la moral. A partir de aquí la sinergia de la eticidad discursiva con los procesos educativos se hace muy notoria. Por ello, ya desde las esferas del accionar pedagógico, el proceso educativo debe ser intenso en todos los ámbitos que involucren el desarrollo del niño. La moral cumple un rol fundamental en el proceso educativo. El cúmulo de ideas o referentes paradigmáticos de aprobación por parte de una sociedad son claves para un adecuado y eficaz aprendizaje del infante. Se desprende la necesidad de dinamizar procesos de aculturación como vía para el surgimiento de ciudadanos analíticos, críticos, libres y conscientes de su realidad. De otro lado, un Estado con ‘altura moral’ es aquel que viabiliza políticas educativas capaces de generar focos de debate y discusión en torno a la problemática nacional. Ello propicia el surgimiento de ciudadanos con ‘altura moral’, reflexivos, dialogantes, asertivos y prospectivos. Ese trabajo se vincula con el accionar de la familia, los medios de comunicación, la clase política y la sociedad civil. En su conjunto. Todos los resortes del poder deben de promover una adecuada educación en valores que fortalezca a cada miembro de la sociedad. Así mismo, el autoconocimiento implica también poder entender los pareceres y cosmovisiones del otredad. La capacidad dialógica entre los seres humanos se fundamenta a partir del manejo de un código lingüístico flexible, el mismo que tiene como elemento primordial la capacidad de ‘ponerse en el lugar del otro’. Ello generará lo que Kohlberg ha denominado ‘punto de vista moral’. La dinámica dialógica, dentro de un esquema de equilibrio y respeto por los derechos de los actores sociales garantiza un proceso comunicacional más democrático tendiente a propiciar soluciones discursivas que acerquen a las partes. Como bien dice Martínez Martín es importante el desarrollo de una educación como optimización humana, y para ello los procesos educativos deben tener como guía los argumentos teleológicos de la moral. En el marco de una dimensión proyectiva los procesos educativos deben contribuir en afirmar y fortalecer la personalidad cognitiva y social de los alumnos. Esto permitirá el crecimiento exponencial de la autoestima y el surgimiento de nuevas posibilidades de progreso económico y desarrollo académico. Un mayor vínculo familiar y amical serán finalmente los demiurgos de una sociedad plena de felicidad en donde la solidaridad se constituirá en el valor más importante que sostenga la moral de un pueblo. Este compromiso lo asume la persona desde una dimensión introyectiva. Además, desde la perspectiva del aprendizaje metacognitivo el ser humano reflexiona acerca de su propia conducta, de si ésta es adecuada o no lo es. El signo distintivo de esta autoconsciencia o autoconcepto es el comprender que no somos uno solo, sino por el contrario nos constituimos en un conjunto de seres humanos con múltiples diferencias las cuales nos permiten enriquecernos mutuamente en el contexto de una interrelación dialógica transparente, contante y democrática. Esto implica también el reconocernos como seres cosmopolitas capaces de asumir una posición y un compromiso respecto de la problemática económica, social, política, medio-ambiental, educativa, científica y cultural de nuestra aldea global. Por ello, creo que el papel del maestro en el aula es decisivo. Él se constituye en el propiciador del debate en relación a la praxis de la moral. Los contenidos vertidos por el maestro generan un foco de atención capaz de viabilizar discusiones constructoras de aprendizaje. Todo ello es posible en un sistema democrático que garantice el libre ejercicio de la heurística crítica. De lo que se trata es de acercar a los seres humanos en cuanto tales. Este objetivo se posibilita, según las apreciaciones de Kohlberg y Selman, a través del desarrollo y aprendizaje del niño dentro de un conjunto de estadios muy marcados. Arribar hacia el fortalecimiento de los vínculos solidarios es el objetivo de los procesos educativos guiados por la moral. Lo que se busca es generar una moral autónoma capaz de hilvanar un permanente y laborioso diálogo intersubjetivo. A este nivel podríamos hablar de la creación de una ‘personalidad moral’ basada en elementos claves como el carácter, la conducta, los valores, el razonamiento y las emociones, como bien lo detalla Marvin Berkowitz. Al amparo de una ‘comunidad justa’ el proyecto de generar una ‘personalidad moral’ se hace más factible. Comprender la importancia de la alteridad, de los valores como la solidaridad, de los derechos humanos y de la felicidad como fin ha alcanzar son los objetivos de una educación en esencia moral. La moral es creación eminentemente humana, por tanto, en el devenir histórico las condiciones materiales de la persona repercutirán sobremanera en la dinámica de la ‘altura moral’, y en la caracterología de la ‘personalidad moral’, la cual se moviliza en contextos fenomenológicos muy disímiles y siempre carentes de una lógica enraizada en un discurso desde la aplicabilidad de la justicia. Finalmente, podemos afirmar que nuestros proyectos y cosmovisiones prospectivas suelen constituirse en categorías kantianas; incluso desde lo político es evidente un cierto rasgo de socialdemocracia rawlsiana. Adolecemos de una perspectiva quimérica y poco realista respecto de los problemas que aquejan a nuestros pueblos. Como correlato de ello las prácticas políticas desde la institucionalidad se fracturan llegando a mellar los vasos comunicantes entre lo político y el accionar de la sociedad civil. Es así que, la praxis de la corrupción en los niveles más elevados de la institucionalidad quiebra los discursos jurídico-políticos del establishment y debilita el tejido social abriendo un camino irrefrenable hacia lo que Durkheim denominó: anomia. Urge no sólo resignificar los discursos de la eticidad, sino también hacer palmario un ejercicio más consciente de la praxis moral, sobre todo en la dinámica de los procesos educativos. No se trata de crear un sistema al estilo de Girolamo Savonarola, sino más bien de adquirir una dosis mayor de compromiso y voluntad no sólo política, sino también social respecto de la materialización de una conducta humana, personal y ciudadana más acorde con los paradigmas del discurso ético, cuyas bases ontológicas se hallan en los procesos de enseñanza-aprendizaje irradiados por el accionar del docente y la operatividad de la escuela.