miércoles, 22 de diciembre de 2010
Ciencia, análisis fenoménico y juicio de valor.
Lima-Perú.
adelantecronopio@hotmail.com
http://cronopiocortazar.blogspot.com
En la antigua Grecia la filosofía era la madre de todas las ciencias, al punto de incluir en su estructura sistémica los niveles valorativos de la axiología. Ahora, la demarcación de los espacios de acción entre la filosofía y la ciencia ha sido parte de un proceso intenso y generador de profundas revoluciones en los conocimientos, prácticas y paradigmas. Ha significado también la consolidación de todo un conjunto de programas y discursos tendientes a comprender (Verstehen) y explicar (Erklären) la realidad en el marco de un hecho histórico.
Por ello, el método científico se aparta de cualquier imbricación a un diseño dogmático, e incluso teológico donde prima el ser esencial de las cosas, y el deber ser como mecanismo de conducta a seguir. La ciencia delimita su esfera de trabajo tomando en cuenta el estudio objetivo de las relaciones entre las cosas en un espacio fenoménico de la realidad.
De este modo, la ciencia no puede ni debe responder preguntas que impliquen un juicio de valor respecto de lo fáctico. Verbigracia, no es posible absolver desde la ciencia si es hermosa o no la ciudadela de Machu Picchu; empero, si hay preguntas absueltas respecto de la función de dicha ciudad en el imperio Inca a partir de los estudios ejecutados por la antropología, la arqueología y la historia.
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