miércoles, 21 de enero de 2009

En las sibilinas entrañas del terror.

Un breve pergeño crítico de 'Elefante' de Gus Van Sant. Acabo de ver el filme 'Elefante' del director norteamericano Gus Van Sant. He quedado muy impresionado por la calidad de las imágenes, la solidez de las actuaciones, y el crudo realismo de la atmósfera adolescente en un 'high school'. El filme se basa en un hecho real, la masacre de estudiantes en Columbine, perpetrada por dos enajenados adolescentes, quienes son el sombrío desencadenante del manido 'síndrome de Amok'. Para tristeza de los amantes del 'gore movie' el film no es un mamotreto con ingentes efluvios de sangre. Así que los hematofílicos tendrán que seguir las sendas de Tom Savini y 'bon voyage'. Muy por el contrario, la cámara registra con cruda sensibilidad el tranquilo discurrir del tiempo en un colegio secundario. Existe una atmósfera que entremezcla el extraño devenir de la vida y el irrefrenable accionar de la muerte. La cámara se desliza cual serpiente por cada rincón del colegio. Pareciera tener prisa de mostrarnos cada instante de vida, antes del desenlace final. La muerte acecha cual hambrienta fiera en los recovecos de cada uno de los ambientes. Esta danza macabra culmina al oir el horrísono estruendo de las armas de fuego. Las víctimas yacen en el suelo, y los homicidas no dudan en pegarse un tiro. El terrorífico elefante, símbolo del establishment conservador, pro armamentista y consumista, termina aplastando a todos.

martes, 6 de enero de 2009

Basta al genocidio en Gaza!

Cuando escriba estas líneas la aviación israelí continuará su incesante bombardeo sobre el territorio de Gaza. Los cables nos informan que hay más de quinientos palestinos muertos, y la cifra se halla in crescendo. Como de costumbre la comunidad política internacional se muestra demasiado tolerante con los afanes belicistas de Israel. Ello es realmente vergonzoso. Lo peor de todo es que Barack Obama ceñido a una estratagema algo confusa en política internacional, más bien vira hacia un silencio sepulcral que lo hace complice de la matanza cometida en Medio Oriente. El cálculo político de Obama podría ser un bumerán que le estalle en el rostro. Así mismo, es de saber, que como en tiempos remotos los judíos siempre han tendido hacia el lenguaje y la praxis de la violencia. Nunca extendieron lazos de amistad con las poblaciones nativas del Canaán, menos ahora lo harán con las poblaciones y organizaciones palestinas. Como cobrándose una vieja deuda con la historia los judíos hacen lo que les da la gana. Matan en nombre de su religión, como lo hicieran sus verdugos cristianos a través de las cruzadas y la Inquisición. Ejercen abiertamente una política chauvinista, a través del movimiento sionista internacional, como sus repugnantes enemigos nazis. Ejecutan planes de exterminio masivo de personas como lo acontecido en Deir Yassin, Sabra y Chatilla y muchos otros campos de refugiados donde se repitieron los horrores del holocausto. El establishment hebreo sólo sigue los designios del mamotreto ideológico de su clase política. Ad portas de un proceso electoral para reemplazar al corrupto Ehud Olmert, los políticos hebreos, miembros de Kadima, buscan quitarle piso a las propuestas derechistas del Likud. Sorprende la actitud de Tzipi Livni, quien habia demostrado coherencia y tolerancia política, sin embargo, al igual que Ehud Barack son parte del tinglado político de la centroderecha que busca el poder a costa de todo. Por ello creemos que es hora de decirle al gobierno israelí Basta de Genocidio! Es hora que se instale un Tribunal Penal para Medio Oriente con el fin de sancionar a los responsables de tantas matanzas.