miércoles, 21 de enero de 2009
En las sibilinas entrañas del terror.
Un breve pergeño crítico de 'Elefante' de Gus Van Sant.
Acabo de ver el filme 'Elefante' del director norteamericano Gus Van Sant. He quedado muy impresionado por la calidad de las imágenes, la solidez de las actuaciones, y el crudo realismo de la atmósfera adolescente en un 'high school'. El filme se basa en un hecho real, la masacre de estudiantes en Columbine, perpetrada por dos enajenados adolescentes, quienes son el sombrío desencadenante del manido 'síndrome de Amok'. Para tristeza de los amantes del 'gore movie' el film no es un mamotreto con ingentes efluvios de sangre. Así que los hematofílicos tendrán que seguir las sendas de Tom Savini y 'bon voyage'. Muy por el contrario, la cámara registra con cruda sensibilidad el tranquilo discurrir del tiempo en un colegio secundario. Existe una atmósfera que entremezcla el extraño devenir de la vida y el irrefrenable accionar de la muerte. La cámara se desliza cual serpiente por cada rincón del colegio. Pareciera tener prisa de mostrarnos cada instante de vida, antes del desenlace final. La muerte acecha cual hambrienta fiera en los recovecos de cada uno de los ambientes. Esta danza macabra culmina al oir el horrísono estruendo de las armas de fuego. Las víctimas yacen en el suelo, y los homicidas no dudan en pegarse un tiro. El terrorífico elefante, símbolo del establishment conservador, pro armamentista y consumista, termina aplastando a todos.
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