viernes, 28 de agosto de 2009

Dos principales separaciones en el discurso de la modernidad occidental.

Lima-Perú adelantecronopio@hotmail.com La construcción de la modernidad occidental tiene como eje matriz el posicionamiento y consolidación de un discurso universal revestido con paradigmas jurídicos, políticos y filosóficos principalmente. En los procesos de larga duración histórica se han articulado todo un conjunto de transformaciones que han posibilitado la emergencia de saberes particulares tendientes hacia la irradiación global. En esta dinámica acaecieron dos principales separaciones a nivel de la reflexión ontológica. La primera separación ontológica podría ser enmarcada en el contexto de lo que Augusto Comte denominó estadio teológico. Desde la perspectiva de Edgardo Lander, este primer parte aguas originó la separación entre las categorías de hombre, Dios y naturaleza. Esta fragmentación ontológica permitió un margen de maniobra limitado tanto para el hombre como para la naturaleza, siempre sujetos al designio y voluntad divina. Con la expansión de los ideales burgueses del 'auffklarung' se materializó una segunda separación la cual estaba referida al quiebre ontológico entre el cuerpo y la mente; entre la razón humana y la naturaleza. Ésto potencia aún más el accionar político de la burguesía, ya que le permitirá establecer un discurso jurídico y económico sustentado en una filosofía liberal.

martes, 4 de agosto de 2009

Acerca del desarrollo humano.

La visualización del vídeo referido al desarrollo humano me permite hilvanar algunas ideas acerca de este importantísimo tema. Hay que destacar que el vídeo nos muestra las peripecias de un proceso muy complejo en la vida de todo ser humano. Ahora, para algunos teóricos el eje de estudio de esta materia nace a partir de la concepción acerca de la vida. Esto nos lleva a plantear tal categoría desde las perspectivas de la concepción. El punto liminar del desarrollo humano justamente tiene como basamento la conjunción de las células sexuales masculinas y femeninas. Este aserto parecería un truismo, teniendo en cuenta el grado de desarrollo que ha alcanzado el conocimiento en el campo de la biología y de la genética, sin embargo, existen algunos sectores que plantean todo lo contrario, al punto de afirmar que la vida tiene como fase inicial el estadio de embrión. Debates aparte, creo que la vida humana involucra todo un conjunto de cambios muy complejos los cuales se hallan vinculados a procesos de naturaleza no sólo biológica sino también, por encima de todo sociales. En el parecer de Jean Piaget por ejemplo el elemento biológico-genético es la clave para comprender la eficacia del comportamiento inteligente del ser humano. Nacemos con determinada caracterología o patrón genético que nos otorga un cúmulo de posibilidades para adquirir conocimientos, a partir de la dinámica individual de múltiples procesos de adaptación. Empero, creo que lo genético no es necesariamente determinante en el crecimiento y el desarrollo del ser humano. Las imágenes del vídeo nos demuestran que el elemento social tiene un peso específico mayor en el mencionado desarrollo. Desde una perspectiva quizás filosófica el hombre es un ser absolutamente precario. En el entender de Jean Paul Sartre somos seres echados a la realidad. Es así que, los casos de Amala y Kamala pintan un cuadro crudo, pero real de la importancia del factor social en el desarrollo de los seres humanos. El neonato por ejemplo necesita de la protección de un agente social clave, en este caso la familia. Los diferentes miembros de una familia influyen decisivamente en la maduración del recién nacido. El caso de la madre es quizás el de mayor peso. Las madres proveen al neonato del alimento natural como es la leche materna, lo mismo que de los diferentes cuidados para garantizar su seguridad y pervivencia. Como bien afirma Piaget este estadio al que denomina sensorio motriz involucra el rol protagónico tanto del padre como de la madre con miras de estimular los reflejos innatos del recién nacido. Así mismo, las diferentes etapas del desarrollo humano necesitan de una participación directa de los agentes sociales con miras de efectivizar el manejo adecuado de las capacidades en un entorno social variable y cambiante. Finalmente, podemos afirmar que el ser humano no es sólo un paquete de genes desplegados en la realidad, sino por encima de todo es realidad práctica y social.