viernes, 17 de octubre de 2008

Apropósito del valor de la filosofía en Bertrand Russell

A propósito de mi incursión en los insondables recovecos del jirón Amazonas me puse a cavilar en torno a la importancia de la filosofía en los avatares de mi valetudinario existir. Entre la vasta presencia de libros de autoayuda que inundan los anaqueles babélicos pude notar la existencia de un poderosísimo libro del genial Bertrand Russell, el cual aborda sus inquietudes juveniles en torno a la negación de su fe católica. De refilón recordé que tenía que presentar un informe referido al valor de la filosofía. De inmediato recordé también acerca del ‘hombre práctico’ quien según Russell se asemeja a esos autómatas de los cuales nos habla George Orwell en su libro 1984. En la actualidad para felicidad de los gurús del neoliberalismo se vive un tiempo de agitación individualista en donde el darwinismo político es el santo y seña de la mayoría de personas. ‘El hombre práctico’ es la síntesis de un materialismo ramplón que transforma al hombre en un ser dependiente de sus necesidades básicas. La existencia es la prioridad por encima de las construcciones políticas que miren hacia el futuro. En ese derrotero es importante que se asimile una ‘filosofía pragmática’ carente de sustento ontológico y con altas dosis de simplismo pecuniario. En las grandes esferas del poder ya no es importante la presencia de la filosofía, ni mucho menos la labor del filósofo. Más bien se busca socavar su trabajo con el ánimo de desvincular a las masas de la reflexión necesaria para el cambio y la transformación social. Es cierto que la filosofía trabaja con especulaciones, pues es allí donde se halla su valor. Es esto necesario de comprender con miras de viabilizar la reflexión filosófica que permita la liberación de los hombres. De este modo seremos totalmente libres, nunca a través de simplones libros de autoayuda sino a través de una adecuada reflexión filosófica que mire el conjunto de seres como una posibilidad de cambio.

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