jueves, 26 de febrero de 2009

¿CUÁNTO CONTRIBUYE EL PSICOANÁLISIS EN LA COMPRENSIÓN DE LA CONDUCTA MORAL?

Breve análisis acerca del Psicoanálisis y sus implicancias en la comprensión de la conducta moral. En 'Vigencia de la filosofía' Mario Bunge es contundente en sus apreciaciones respecto de la escuela psicoanalítica. Para el filófoso argentino el psicoanálisis es la seudociencia más rentable que existe en el mercado. Un juicio por demás lapidario. Con ésto queda claro que, a más de medio siglo de haber desaparecido Sigmund Freud sigue generando las más febriles polémicas. Por esta razón, la ubicación del psicoanálisis en el espectro de las ciencias se halla siempre sometido a un debate permanente lo mismo que sus ideas. Ahora bien, el psicoanálisis puede entenderse como un método de investigación psicológico dirigido a develar los contenidos y características del inconsciente y del funcionamiento mental. Por ello, apartándome diametrialmente de asumir una opinión nihilista respecto del psicoanálisis, más bien posiciono mi crítica bajo un eclectismo multidisciplinario con miras de relevar algunos aportes de la escuela freudiana. A guisa de lo anterior, la destacada profesora española Monserrat Payá nos presenta la teoría pscicoanalítica enmarcada sobre la génesis de la conciencia moral. Ésta se constituye en elemento gravitante para la comprensión de la conducta moral. En relación a ello Freud manifiesta que existe una dicotomía entre lo social y lo no social. Desde que nacemos somos seres no sociales. Nuestra permanente relación e interacción con los demás seres humanos nos permitirá transformarnos en seres sociales. El hombre construye su identidad societal a partir del desenvolvimiento de sus conductas instintivas y racionales, en el constructo discursivo de los diferentes andamiajes sociales. Una idea muy parecida llegó a concluir la Comisión Delors cuando al referirse al aprender a ser logró imbricarse con la tesis de la construcción y consolidación de la personalidad en base a los flujos e interacciones sociales. Otro punto a tomar en cuenta es el referido a la teoría de las tres instancias de la personalidad. Como ejes sustentadores de la misma se hallan las categorías de 'yo' (ego), 'super-yo' (super-ego) y 'ello' (id). De la compleja dinámica de estos tres elementos dependerá, según Freud, la personalidad de un sujeto. Según el padre del psicoanálisis, cuando nace un niño lo hace poseyendo tan sólo un 'ello' incipiente, siempre monitoreado por los instintos del eros y el tánatos. Esta primera etapa en la cual se halla el niño es denominada oral. En la subsiguiente fase, llamada anal, el niño se vincula mucho más al medio circundante a través del 'yo'. Luego, la etapa fálica como tercer estadio será determinanteya que es aquí donde acontecerá la primera gran introyección del infante. Tras superar el complejo de edipo el niño adquiere una moral heterónoma, es decir, admite la aprehensión de un conjunto de normas, emanadas desde la esfera de los adultos, las cuales reglan su comportamiento. La aceptación de normas permite el desarrollo del 'super-yo' en los infantes. A partir de aquí la conciencia moral comienza a estructurarse y el comportamiento moral se perfila incipientemente. De otro lado, el psicoanalista Erik Erikson le otorga un peso específico al rol de la comunidad familiar, la sociedad y la cultura como instancias externas capaces de dar origen a la conciencia moral. Una profundización de las relaciones entre el niño y su entorno le permitirán adquirir una moral autónoma, la misma que le facilitará un adecuado contacto con el sexo opuesto, dentro del marco de una etapa genital. Aproximadamente a partir de los doce año, coincidiendo con la pubertad y la adolescencia, el niño busca estrechar sus lazos con el sexo opuesto. La comprensión de las expectativas e intereses de los infantes en esta etapa crucial para sus vidas hace necesario valorar aún más el enfoque del psicoanálisis. Ahora, para frenar los desbordes del 'ello' la represión del 'super-yo' suele ser violenta. Como una forma de 'suavizar' la severidad del 'super-yo' Melanie Klein propone que la adquisición de una conciencia moral autónoma en el sujeto es la impronta de un nivel superior de maturidad del 'super-yo', lo cual implica el reconocimiento de la norma como parte de mi conciencia y de mi accionar. Como vemos, a pesar de las críticas furibundas contra el psicoanálisis, existe un aporte nada despreciable en cuanto a la interpretación de la siempre compleja condición humana.

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